Apuntes para una Historia de Monte Bello

Charlando con Pedro Ysmail

                                                                                                                   Agustin Haro 

 Monte Bello



Muchas veces hemos pensado a la Historia como una disciplina que ha traído más de un bostezo o rechazo a la hora de estudiarla, pero ¿quién no escuchó con atención las historias familiares? ¿las anécdotas? ¿los recordatorios sobre aquellos antepasados que llegaron a “hacer la América”? Es lo que quiero intentar de representar en esto que escribo, una serie de apuntes sobre la Historia de Monte Bello.

    Las palabras sobre Monte Bello se fueron acrecentando cada vez más desde que vine a vivir al departamento Río Chico y más especialmente en Aguilares. Realmente con lo que me decían, la curiosidad cada vez fue mayor, como un bichito que te lleva hacia el impulso de buscar y encontrar respuestas. Monte Bello es una comuna rural ubicada al sur de la provincia de Tucumán, en el departamento de Río Chico aproximadamente a 20 kilómetros de la ciudad cabecera, Aguilares. Para llegar ahí debemos pasar primero por Los Sarmiento, Mal Paso y La Tipa. Este camino que arranca con la prolongación de la Avenida Mitre nos va regalando una serie de paisajes únicos e irrepetibles para todo aquel que guste del cerro. Pasando La Tipa ya nos encontramos con con unas lomadas con cultivos que resultan hipnóticos sumado a un clima que resulta un tanto más apacible que el de Aguilares, no por nada estamos al pie del cerro.

    Pero bien, ¿cómo conformar la Historia de una comuna rural argentina? ¿que tan dificultosa puede ser esa tarea? Al momento de escribir estos apuntes no pude acceder a la Biblioteca Gabriela Mistral, la institución cultural de Monte Bello, porque la misma no se esta utilizando como tal y, por algún motivo, no se facilitó el ingreso. Pero si, de parte del delegado comunal tuve la oportunidad de hablar con Pedro Ysmail, jubilado, trabajador en la comuna y ex delegado de la localidad de Los Sarmiento. El interés de don Pedro por la Historia brota de sus lecturas, charlas, notas y finalmente de su lapicera con la cual se apunta a contarme sobre la Historia de la comuna, una historia narrada a partir de una entrevista y que aquí la podemos entender como “Apuntes para una Historia de Monte Bello”.

    Uno indaga afirma Pedro, quien da cuenta que es hijo de descendiente de sirios, como historiador aficionado. Pienso en ese sentido, ¿no resulta necesario para arrancar con la Historia de su terruño ésto? Pensemos justamente en la posibilidad que todo aquel que lea esto pueda dar cuenta de la Historia de Monte Bello. En este sentido debemos centrarnos en el rol de la memoria que se construye, que sale a la luz y abre ese “otro” frente a uno, entendiendo cómo se conforma ese lugar de memoria que son vistos como “receptáculos fijos, externos, de lo que fue en otro tiempo una memoria colectiva internalizada.”1 Esta memoria, que es histórica, va a partir de lo que son las representaciones sociales que giran sobre los hechos que el entrevistado recuerda. En este caso, Pedro rememora en algunos pasajes sobre mediados de siglo XX en la zona.

    Estos apuntes para una historia de Monte Bello buscan en este sentido ser un trabajo muy preliminar que se irán expandiendo de a poco. De ese modo se tiene que buscar fomentar un  un uso adecuado de estas percepciones acerca del pasado, ya que pueden permitir (re)volver lo oculto que está en la memoria. Como bien lo dice Pilar Calveiro,

Las sociedades guardan memoria de lo que ha acontecido, de distintas maneras. Puede haber memorias acalladas y que sin embargo permanecen e irrumpen de maneras imprevisibles, indirectas. (…) En este sentido, la memoria es sobre todo acto, ejercicio, práctica colectiva, que se conecta casi invariablemente con la escritura. (Calveiro, 2006, 377)

    Que mejor que traer la memoria a nuestro presente, de convertirme en narrador de Pedro para que podamos conocer un poco más de la Historia de esta comuna, a la espera de poder hablar junto a él con algún documento que acompañe sus afirmaciones. Según don Pedro, Monte Bello hace a su nombre a partir de su propio paisaje y flora que la engalana en cada rincón. Antes del siglo XX era un espacio caracterizado por ser un espacio forestal imponente que hacia el 1900, toda la zona que comprende Monte Bello (de 38 km/2) pasa a pertenecer a la Compañía Azucarera La Trinidad que se había encargado de colocar un portón de ingreso a la entrada de la actual comuna, que se abría a las 7 de la mañana y se cerraba a las 7 de la tarde. El espacio pasó a ser el de una empresa azucarera, con imágenes que se pierden en las memorias que de acuerdo a Pedro, Antonio Maidana (encargado de abrir el portón) se encargó de transmitirle.

    La Compañía se encargaba de explotar la caña de azúcar, pero a la misma vez era aprovechada la tierra para cultivar Yerba Mate camino al arroyo e inclusive el tonuil, que de acuerdo a Ysmail es un fruto parecido a la manzana, que era capaz de dar un aceite multiuso estando industrializado para ser usado en las maquinas agrícolas e inclusive de los carros y carretas trasladados por bueyes. La caña de azúcar era acopiada en carradas que se estibaban más arriba de Monte Bello, en Las Tuscas y se traslada por vía férrea en chorba hasta la estación de Los Sarmientos, pasando por La Tipa. Pertenecía a una línea del Ferrocarril General Belgrano, “CC5” de acuerdo a Ysmail. El recorrido es descripto del siguiente modo:

“Acá había una línea férrea que iba por el Cebil, La Tusca, daba la vuelta por la Finca Stein, agarraba atrás de Mustafá en La Tipa, el que es arqueólogo y llegaba a Los Sarmiento, que todavía se mantiene la vieja estación. Ahí se trasladaba la caña, de acá…de Monte Bello”

Pobladores, comercio y urbanidad

    Don Pedro se encarga en esta parte de la entrevista en hablar acerca de los primeros pobladores contemporáneos de Monte Bello, al mismo tiempo que todavía la zona seguía siendo parte de la Compañía Azucarera. Es así que desde lejanas tierras llegaban italianos, españoles, árabes, polacos y alemanes, siendo Pedro Svaldi el primer colono en aparecer en Monte Bello. Diplomado en agricultura por la provincia de Tucumán alrededor de 1928, quien le otorga 10 hectáreas para que se dedique a la agricultura. Svaldi, proveniente de Trento, llegó “con su baúl únicamente” a El Cebil para dedicarse al cultivo de semillas como vid, castañas y yerba mate. De acuerdo a Pedro Ysmail, Svaldi logró inclusive producir su propio vino.

    Prácticamente al mismo tiempo que Svaldi, llega otro agricultor, Enrique Stein que también fue un diplomado instalado en El Cebil pero dedicándose a forjar exclusivamente el citrus dentro de la zona. Sus primeras plantaciones permitieron el desarrollo de la naranja, los limones y los pomelos, lográndolo a partir de injertos. Empieza a capacitar pobladores y a formar viveros para desarrollar su trabajo, que culminará llegando a la actividad cañera, común denominador de la zona. Análogamente comienzan a forjarse algunos pobladores que venían por el trabajo de la Compañía Azucarera, haciendo sobre todo centro en El Cebil, La Tipa y Mora Micuna. Entre estos nuevos habitantes aparece Juan Mansilla, venido de Siria y Angela Di Peppe de Italia, futura esposa de Juan. Entre otras familias aparecen los Augier, Merchán, Lobo, Avendaño (con su primer local bailable), don Solano Ladiszlao de Polonia en Las Ánimas, los Asaff y los Salas, que vinieron de Siria, y la familia Ramírez. Esta situación marcó el desarrollo de un mundo muy heterogéneo dentro de Monte Bello y alrededores, bajo el mundo del azúcar y el cultivo.

    Como dato particular de esa relación entre la Compañía Azucarera y el trabajo de la tierra, Pedro Ysmail comenta que el trabajo se hacía con arado y las cañas eran trasladadas a carreta, que continuaban con la labor luego de la zafra: traer los abonos. Los excrementos de los chiqueros eran traídos desde el Ingenio Santa Ana en carreta, desde diciembre a marzo para fertilizar la tierra. Sin embargo, para 1934 la Compañía se retira de Monte Bello que mantenía deudas con los carreros, agricultores y obreros, dejándole a cuenta las tierras como pago. Aparecen los agricultores con las familias Augier, Merchán, Stein, Perrilli, entre otros.

    En ese mundo empiezan a gestarse lazos comerciales con familias de localidades como Las Estancias en Catamarca. Pobladores cabalgaban de Monte Bello hasta esa localidad forjando lo que se conoció como la “ruta de los pioneros” comercializando a lomo de burro agua ardiente, patay, quesos, vinos artesanales y majada de oveja. Un camino largo y tortuoso pero que abrió el paso al comercio de la zona, que se profundizó para 1940 con la instalación, por parte de Carlos Farías de un almacén de ramos generales, con una publicidad que Ysmail muestra del diario Voces Juveniles de Los Sarmientos.

    Este es el mundo sobre el cual el primer Monte Bello fue forjándose, todavía sin ser una comuna, pero con un ejido urbano que se caracterizó por la preocupación de ir manteniendo un ordenamiento de los aspectos cívicos de pobladores, con la edificación de la primera escuela en 1911 que, hasta el día de hoy podemos contemplar al lado del nuevo edificio. Dentro de un sentido que refiere al rol de la identidad dentro de la comuna, sería importante ver hasta que punto puede rescatarse la estructura que todavía se yergue sobre la calle principal para poder darle una nueva utilidad que respete lo que es el sentir de los pobladores de Monte Bello.

    Si bien la entrevista con Pedro Ysmail continuó marcando los rumbos de lo que fue Monte Bello un poco más aquí en el tiempo, es importante conocer cómo se forjó la comunidad que podemos conocer actualmente, sin lugar a dudas que en próximas entrevistas aprenderemos mucho más. Conocer la Historia es conocer nuestro pasado, y poder interpretarlo a la luz de nuestro presente es algo sobre lo cual vamos a seguir trabajando para acercar a la sociedad del departamento Río Chico.